Ha sido un buen verano. No el mejor, pero tampoco creo que haya sido el peor. Un verano más simplemente. Mi lugar favorito del mundo mundial no defrauda y los nuevos sitios (o mejor dicho fiestas) visitados han estado a la altura a pesar de las personas que los habitaban. Los amigos nunca fallan, la familia menos y tú, bueno, se puede decir que hemos (o te he) aguantado otro verano más, que no es poco. A ella la sigo echando de menos como el primer día entre anécdota y habitación, entre las baldas vacías del frigorífico y su ropa, entre las fotos y sus abanicos.
Y eso que ya no está, que es polvo, que no es nada... Pero para mi sigue siendo todo.
Ahora queda lo duro. Exámenes y la vuelta. No estoy preparada porque no habrá sido el mejor, pero ha sido un buen verano.
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