martes, 21 de mayo de 2013

Carta para leerse a una misma

Carta para leer de vez en cuando en caso de bajones y dudas sobre la soltería o el amor en general (mucho mejor si se escucha con la canción de Einaudi que viene a continuación): 



   Toca tiempo de estar sola. De aceptarlo de una vez. De dejar marchar de tu cabeza a quienes no merecen ocupar espacio en ella. De sentirse bien con una misma y ser consciente de que algún día llegará. Llegará otra persona con la que reír, disfrutar y querer, con la que compartir buenos momentos y darte cuenta que los viejos ya no forman parte de tu presente y que quizá no los recuerdes ni en un futuro. 
Toca tiempo de empezar. De volver al principio. De acostumbrarse. De pasar días en casa encerrada porque no hay nadie a quien llamar. De no sentir pena por ello. De dejar entrar en tu mundo a quienes sí merecen un hueco. De no sentirse mal porque no esté esa persona que llegó. Llegó y se quedó para ponerlo todo patas arriba, una persona con la que reí, disfruté y a quien quise.
Lo jodido, lo que nadie te dice cuando estás con alguien que te hace sentir especial y única, es lo que viene después cuando esa misma persona se marcha. Porque es muy bonito estar enamorado, pero que te dejen es lo difícil; dejar aún, pero que te dejen te destroza. Cuesta mucho llegar al cielo para tocarlo y la caída es brutal, te rompe en mil pedazos y esas cosas son las que se quedan, las que dejan cicatriz.
 Cuando te acostumbras a alguien, a su olor, a sus manías, a sus gestos (sobretodo con y para contigo), a sus cosas buenas y cosas malas, sueles olvidar cómo eras sin tener todo eso a tu lado y puedes cometer el error de buscarlo en cualquiera. Hay que ser paciente, no es fácil. Hay que echarle tiempo para recomponerte antes de dejar que alguien te recomponga y sobretodo, hay que echarle valor. Valor, sí señor. Valor para no aceptar menos amor del que mereces,que aunque parezca una regla sencilla en ocasiones es complicada de seguir. Tienes que saber que eres increíble tal como eres y que hay un equilibro imperfecto entre el amor que mereces y el que crees merecer. No te dejes convencer por líos de una noche, sigue buscando, aunque tardes y desesperes porque quieres volver a los días de paseos, de abrazarse en mitad de la calle o de besos en cualquier rincón, te lo suplico no sucumbas. Sé fuerte y deja que por una vez el amor que te llene sea el amor propio. Camina con la cabeza alta, sóla, sí, sin nadie que te coja de la mano pero sin nadie que te oprima bajo sus pies. Sonríe, sóla también, sin nadie que te diga lo guapa que eres todos los días pero sin nadie que se convierta en una obligación por la que tener que arreglarte si no te apetece. Llora (esto es mejor si lo haces acompañada) para desahogarte y para darte cuenta que por mucho orgullo que tengas en tu interior, sigues siendo una persona, sintiendo como las demás. No te confundas, no te dejes infravalorar por cualquiera pero dales a todos la oportunidad de llegar a ti, ten un espacio en el que les dejes conocerte pero un límite en el que si quieren dejar de hacerlo no te duela.
Vive sola o acompañada, vive como quieras, pero sabiendo que antes de decir "yo te quiero" primero va el YO. Debes estar segura de quién va a ser el TE. Porque QUIERO lo mejor para ti. Lo mejor para mi.

1 comentario:

  1. La mancha de la mora, con otra verde se quita.
    No hay mal que por bien no venga.

    Y muchos mas.......

    Seguro que la Persona de tu Bello Relato, encontrará ese Amor que la hará Feliz.

    Saludos, manolo
    http://marinosinbarco.blogspot.com.es/
    .

    ResponderEliminar