Estoy en una clase enorme,el aula magna de la Facultad de Filosofía y Letras,con mucha gente que no conozco y las miradas de los retratos de Cerbuna y Pignatelli clavadas en mí. Pareceque saben que no estoy atendiendo al profesor de cine español...¡espera! ni siquiera sé cómo es su nombre.
Todo es tan distinto. Hace dos años estaría agobiadísima,de exámenes,en la clase de 2º de bachillerato,en el Antonio Machado,con poca gente,unas trece personas que conozco desde hace mas de catorce años y con algún profesor que me ha visto crecer. Probablemente tampoco estaría atendiendo pero como mucho,en la pared habría un póster con algún paisaje de Aragón que facilitaría mi evasióna un sitio lejano...o simplemente al recreo.
La universidad me gusta,me encanta,¡sólo tengo que ir tres días a clase y menos de 5 horas! Pero a veces,en días como hoy,en una clase rodeada de tanta gente,me siento sola. Me faltan mis compañeros,mis amigos,mis hermanos. Los que me soportaron durante catorce años.¡JÁ! Quatordici Así nos llamaban,así nos llamábamos. Algún día,si me sigues leyendo,te contaré el por qué.
Esos momentos en clase,en los recreos,en las excursiones,en las cenas,en los botellones,... Tantos años juntos,tantas horas,parecen minutos,segundos. Son sólo momentos...pero ¡qué momentos! En las escenas más importantes de mi vida (sí,escenas,estoy en cine español y no atenderé pero uso tecnicismos,¿vale?) ellos han sido las personas que me han apoyado y han estado presentes.
Queda media hora de clase pero creo que voy a parar de escribir. Media hora no es suficiente para explicar lo que significan para mí,ni siquiera toda la vida porque siempre tendría algo que contar...
¡Oh dios! Nos van a poner una película de un tal Angelillo,que según mi profesor (el que no sé cómo se llama) era el Bisbal de los años 30. Creo que han sido Cerbuna y Pignatelli,su venganza por no estar prestando atención.
Definitivamente voy a empezar a atender,no sea que me pongan alguna peli de Florian Rey...
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